| VIAJE 🌎| Mi guía para una escapada a Ginebra, Suiza

¡Hola!

Primer artículo de viajes en la web este 2023, ¡qué ilusión! 🙂

La escapada sobre la que vengo a hablar hoy fue una súper improvisada. En enero dije ¿por qué no hacer un fin de semana largo en un sitio de Europa al que nunca he ido? Y en dos fines de semana ya tenía todo planeado. Me ha encantado hacer algo tan imprevisto y estoy deseando volver a hacerlo pronto y por supuesto, seguir llenando mi sección de viajes.

La elección de Ginebra fue porque era ahí donde aterrizaba el vuelo directo desde el aeropuerto más cercano. No por ninguna otra razón, la verdad 😛 nunca había estado en Suiza y me pareció una opción ideal para disfrutar de unos días en marzo. La temperatura no es tan fría y además me esperaba menos gente que en otras temporadas altas como Semana Santa.

Notas antes de empezar:

  • La moneda oficial es el franco suizo (yo pagué todo con tarjeta, no usé efectivo)
  • Sí, es caro. Si vas, vete haciéndote a la idea de pagar 5.50 por un café por ejemplo 😉
  • El idioma oficial en Ginebra es el francés, pero hablan también inglés y en otras zonas italiano.
  • El transporte público en la ciudad es gratuito, te mandarán una Travel Pass donde te alojes .
  • El hotel donde nos alojamos fue 9 Hotel Paquis. Estamos my contentos con la elección y además teníamos uso gratuito de spa y el desayuno estaba bien. El acceso a la estación de tren y bus es ideal. Lo único, os recomiendo mirar en google en qué zona está el hotel y decidir por vosotros mismos. Si viajas sola o con niños, tal vez no te lo recomendaría.
DÍA 1:

Llegamos a las 4 de la tarde a Ginebra, una gozada. Nada más llegar al aeropuerto, sales y ve dirección estación de tren, busca cualquier tren que haga una parada en Geneva. Nosotros cogimos uno que iba a Lausanne pero paraba en la ciudad de Ginebra en la estación Cornavin. El trayecto dura solamente 5-6 minutos. Desde aquí al hotel donde nos alojamos había 4 minutos andando. Durante toda nuestra estancia en ningún momento nos pidieron la Travel Pass, pero llévala contigo en tu móvil por si acaso.

Tras dejar las mochilas en el hotel, salimos a dar una vuelta y fuimos dando un paseo por todo el lago. ¡Qué bonito! No me lo esperaba así para nada, la verdad. El agua es totalmente transparente y preciosa. Además, como veis en la foto, Ginebra tiene una fuente impresionante llamada Jet d’Eau. Es el emblema de la ciudad y de verdad que me pareció hipnotizante. Tiene 140 metros de altura y son 500 litros de agua a una velocidad de 200 kilómetros por hora. A la noche la paran y a las 10 de la mañana vuelven a ponerla en marcha.

Para cenar optamos por Buvette des Bains, los precios eran asequibles dentro de lo que cabe y cenar al lado del lago era una maravilla. Nosotros pedimos una ensalada que estaba buenísima, la clásica fondue (mezclan Emmenthal y Gruyere y vino blanco), y te dan bastante pan. El vino te lo dan en copas muy pequeñas y a 7 francos suizos, así que compartimos una entre dos.

Después, al spa del hotel y a la cama para prepararse para un nuevo día 🙂

DÍA 2:

Despertador a las 7.30 y salida del hotel a las 9.30

Este día el objetivo principal a la mañana era ir a la oficina de turismo que está en el mismo lago y pedir un mapa para que nos indicasen los sitios más importantes que visitar, así como pedir recomendaciones para dónde ir al día siguiente.

En la misma oficina os dirán que hay excursiones a modo pack completo donde te llevan, te ofrecen un guía, etc. y si eso no te va, siempre puedes coger ideas y después organizarte el viaje por ti misma.

Entre las opciones más populares, están visitar Lausanne (otra ciudad de Suiza), Mont blanc (esta ha sido mi espinita clavada) y Annecy (a 50 minutos en bus y perteneciente a Francia). ¡Pero por supuesto, hay muchas más!.

Digo espinita clavada, porque yo que no soy de ir a esquiar ni ir a destinos con nieve (aunque estuve viviendo en Polonia unos meses y aquello sí que fue nieve 😉 ) esta vez me he ido de Suiza con ganas de haber hecho una excursión al valle de Chamonix y a la montaña Mont Blanc. Puedes coger una excursión de un día entero en la que te llevan en bus e incluye un teleférico y tren de montaña. Creo que son casi unos 200€ por persona, o sea que poca broma, pero seguro que merece la pena. Nosotros no llevábamos ropa ni botas adecuadas así que no lo hicimos, aparte que somos más de hacer este tipo de cosas por nuestra cuenta. Como por ejemplo lo ideal hubiese sido alquilar una pequeña cabaña en las montañas rodeados de nieve 🙂

Al final nos decantamos por ir a pasar el día siguiente a Annecy y dedicar este segundo día entero a descubrir Ginebra lo máximo posible.

Lo primero que hicimos fue visitar la Catedral que es gratuita, aunque te ofrecen entradas de pago para subir a la torre y contemplar las vistas de la ciudad. Después, seguimos caminando y llegamos a Place Bourg du Four. Creo que este sitio y el lago son mi dos favoritos de Ginebra. Este lugar es la plaza más antigua de la ciudad. Es preciosa, me recuerda un montón a Italia o Francia y está llena de lugares donde parar a tomar algo si quieres. Por las noches se llena mucho.

El hecho es ir perdiéndote entre las callejuelas. Fuimos sin mapa recorriendo la ciudad y paramos en Beau Coffee a tomar un café, a 5,50 cada cappuccino. La verdad es que con ese precio no queríamos comparar nada dulce para tomar y una vez que salimos de allí, tomamos unas barritas que teníamos en la mochila y que llevábamos desde casa.

A la hora de comer, cogimos un tranvía (desde el centro, el número 12 y 18 con destino Lancy te vale) y paramos en Carouge. Esta zona pertenecía a Cerdeña (¡muy interesante!) y sigue teniendo aún mucha inspiración italiana. Creo que fui con demasiadas expectativas porque me esperaba algo impresionante y no sé, me pareció “sin más”. Bonito pero nada del otro mundo. ¿Tal vez me perdí alguna cosa?. Para comer fuimos a un supermercado que se llama Migros y cogimos varias cosas que estaban muy ricas y no salieron caras.

Después, volvimos al centro de Ginebra a seguir paseando y perdiéndonos entre las calles. Hicimos una parada antes de volver al hotel en Alive. Pedimos un golden milk y una porción de tarta vegana para compartir.

Por último y para acabar el día, una vez ya pasados por el spa y la ducha 😉 fuimos a cenar a Auberge de Savièse. Vimos que tenía buenísimas reseñas y reservamos una mesa por internet con antelación. Todo muy rico, aunque obviamente, con mucho queso. La fondue estaba muy buena, y también pedimos raclette (patatas cocidas con queso por encima), y malakoff, unas bolitas de pan rellenas de queso que estaban muy ricas.

DÍA 3:

Y para disfrutar del último día completo en nuestra escapada, compramos por Internet la noche anterior billetes de bus en Flixbus para ir de Ginebra a Annecy. Este pueblo está en Francia y necesitarás llevar pasaporte/documento de identidad. Llegas en 50 minutos y es una preciosidad. También conocido como la Venecia de los Alpes, Annecy está llena de mini callejuelas empedradas en las que perderte y hacer una parada exprés a degustar un café como por ejemplo en Café des Arts. Notarás que los precios bajan en comparación con Ginebra.

Nosotros recorrimos todas las pintorescas calles y fuimos hasta el lago que es precioso, aunque como nos hizo un día súper gris no pudimos apreciar mucho las vistas ni el color del agua. Para comer, decidimos parar en un restaurante y probar una clásica tartiflette. Consiste en una bandeja con patatas, queso, beicon, nata, cebolla, etc. O sea, como un gratén 😛 yo pedí la versión vegetariana con patata, queso y cebolla.

Y aunque el queso está buenísimo, de verdad que estos platos en especial la fondue llena muchísimo y terminas diciendo que nunca más volverás a comerla jajaja. Porque eso es lo que nos pasó, además, los precios rondan los 25 francos suizos por persona. O sea si sois dos son 50. Con eso y una ensaladita no necesitas más, además de la ración de pan que te traen.

Más cositas:

Al día siguiente ya nos íbamos a la mañana, así que aprovechamos para salir pronto del hotel e ir a dar la última vuelta por Ginebra. Lo que hicimos fue hacer un mini recorrido dando un paseo por todo el lago y por supuesto despedirnos del Jet d’Eau. Antes de ir a la estación de tren para ir al aeropuerto hicimos una parada técnica en Boreal Coffee, el café estaba muy rico.

Y la escapada relámpago llegó a su fin 🙂 Me ha encantado conocer un país nuevo, y de verdad que 3 días cunden mucho. Sino mirad esta guía exprés de Edimburgo y las Highlands que hice el año pasado.

Como siempre digo en estas guías, si me dejo algo en el tintero podéis escribirme. Siempre intento escribir estos artículos casi nada más llegar de los viajes para aprovechar que tengo todo reciente y no me olvido de ningún detalle jajaja.

Hasta la próxima escapada,

Paula

❤ 

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