¡Estreno nueva sección!
Si bien en estos momentos, tenemos que quedarnos en casa, yo no quiero dejar pasar la oportunidad de publicar este post y al menos ayudaros a evadiros un poco e invitaros a dar un paseo virtual conmigo por un nuevo país. ¿Me acompañáis?
Este blog es mi pequeño pero especial lugar donde comparto mis pensamientos, recetas y favoritos, y he decidido que también puedo compartir con vosotros otra de mis grandes pasiones: viajar. A lo largo de mi vida he viajado mucho y me siento muy afortunada por ello, además he tenido la oportunidad de vivir en varios países, digamos que soy un poco espíritu libre 😉 así que, ¡comenzamos esta nueva sección! Hoy hablamos de… ¡Croacia!
Croacia era un gran desconocido para mí, la verdad es que no lo consideraba como un sitio al que siempre hubiese querido ir, pero mirando vuelos para hacer una escapada en Septiembre antes de mi cumpleaños, vi Dubrovnik como opción en la web de la aerolínea y me dije que porqué no.
Además, leyendo en varios blogs, todos decían que septiembre es uno de los mejores meses para ir puesto que es temporada baja. ¡Error! Estaba saturadísimo. No sólo con la llegada de autobuses sino sobretodo de cruceros de todas partes, al final el ir por el centro de la ciudad es como ir por una Gran Vía, una locura. Estando allí escuché decir a alguien local que la mejor opción es ir en Octubre, pero sinceramente, no lo sé. Creo que Dubrovnik puede que sea uno de esos sitios que siempre están llenos, independientemente de la época del año.

En cuanto a la temperatura y a pesar de que era septiembre, era extremadamente calurosa. Nos alojamos en un apartamento con terraza y nos entusiasmaba la idea de desayunar fuera todos los días, pero había días en los que era imposible hacerlo sin una sombrilla y por mucho tiempo.
En lo referente al apartamento, decidimos optar por una opción que era algo más asequible un poco a las afueras del centro (unos 20 minutos en autobús). El apartamento era moderno, parecía nuevo y estaba muy bien, de hecho tenía la parada del autobús al lado, sin embargo, aprendimos la lección y nos dimos cuenta de que para próximas veces es mejor pagar un poco más y coger algo en el centro. Ya que, a pesar de que el billete de bus no era excesivamente caro, todos los días había que pagar al menos 2 viajes y entre ida y vuelta, había algo más de 40 minutos, lo que se nos hacía un poco pesado.
Entre los sitios más llamativos de Dubrovnik, se encuentran la ciudad y su muralla, la recorrimos a la tarde y fue la mejor opción. Otro sitio que yo llevaba apuntado antes de ir a Croacia fue el Buza Bar, porque todo el mundo por Internet lo mencionaba como el sitio más idílico para tomar algo al atardecer. Y efectivamente, está escondido en un lugar de la muralla pero es bastante pequeñito y los precios se aprovechan de su situación, así que no tomamos nada allí 🙂 ¡ah! y otra cosa que nos sorprendió fue lo pronto que todo cerraba. Las veces que cenamos fuera reservamos sobre las 9 de la noche y al final siempre éramos los últimos en salir de los restaurantes, y cuando queríamos ir a tomar algo después, ya enseguida se iba cerrando todo, así que os aconsejo que salgáis bien pronto para aprovechar al máximo las noches.
Además, también hicimos un viaje en autobús a Cavtat, un pueblecito no muy lejos de Dubrovnik donde nos bañamos en unas aguas cristalinas que parecían paradisíacas, para comprar el billete de bus en la propia oficina de turismo te dicen a dónde ir. También fuimos a la Isla de Lokrum, se llega en 10-15 minutos en barco desde el centro, está llena de animales (¡sobretodo conejitos y pavos reales!). Es una buena opción para pasar un día tranquilo, además hay dos o tres bares y una laguna parecida al “Mar Muerto” en el que tu cuerpo flota. Asimismo, os recomiendo que si queréis quedaros por el centro y visitar los sitios más históricos o recurrentes, compréis la Dubrovnik Card, yo la compré en la web oficial antes de viajar y una vez allí, simplemente fui a la oficina de turismo y la recogí. Incluye las murallas, tickets a Cavtat, descuento a la Isla de Lokrum, además de la entrada a múltiples museos.

En cuanto a la gastronomía, para mí es súper importante visitar restaurantes (que normalmente suelo investigar previamente por Internet antes de visitarlos) y que ofrecen comida ya sea local o comida vegetariana y/o saludable. Ese fue el caso de Nishta, sin embargo, con el restaurante Marco Polo lo descubrimos callejeando por las calles más estrechas del centro, un restaurante algo escondido y muy idílico. Al final, muchas veces lo mejor es dejarse llevar y descubrir sitios inesperados 🙂
En el caso de Nishta, éste restaurante ofrece comida vegetariana y vegana, es súper pequeñito y hay que reservar previamente, y de verdad que merece la pena. Tomamos una “pasta” que en realidad eran zoodles de calabacín y zanahoria, todo en una salsa de tomate seco. A mí no me gusta nada el tomate seco, pero al estar todo triturado, estaba riquísimo. Otro de los platos fueron unos chips de vegetales con tempehy después una tarta cruda de arándanos.
MARCO POLO
Creo que Marco Polo fue mi restaurante favorito, no sólo por la calidad de la comida sino también por la amabilidad y trato. Además, supieron aconsejarnos en todo momento sobre nuestras elecciones. Pedimos un vino para acompañar una tabla de quesos con nueces y aceite, y fue sin duda la mejor elección. Después yo opté por un plato hecho con noodles y tofu marinado. De postre no tomamos nada porque ya estábamos llenos jaja.
¿Y vosotros? ¿Habéis estado en Croacia? ¡Contadme! Y si me he dejado algo en el tintero, preguntadme cualquier duda 🙂
Paula,
❤